Un estreno siempre provoca ilusión, nervios, incertidumbre e incluso, insomnio. Así es que ilusionado y con sueño llegué a Casala, una preciosa y acogedora sala de teatro ubicada en un mercado de abastos, nada más y nada menos que en Triana (Sevilla), a los pies de un emblemático puente diseñado por Eiffel y junto al río Guadalquivir,
Allí teníamos Lucía Candel y yo, el estreno de nuestro CUENCIERTO, una cuidada fusión de cuentos y música de violín.
Las entradas se agotaron por lo que accedimos gustosamente a ofrecer un segundo pase inmediatamente a continuación del primero, y el esfuerzo mereció la pena viendo la respuesta del público que volvió a llenar la sala.
"Vine por traer a mi nieto, pero os doy las gracias de corazón ya que habéis conseguido que me volviera a sentir como un niño". Esta frase que nos regaló uno de los asistentes es la mejor crítica y resumen de lo que allí ofrecimos. Esperamos poder anunciar próximamente nuevas fechas de nuestro CUENCIERTO.
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